Hay algo que escucho mucho en las sesiones:
«Es que no se lo digo porque… ya debería saberlo».
Y lo entiendo. A veces creemos que si algo nos duele o nos molesta, la otra persona debería darse cuenta por sí sola. Porque “nos conoce”, porque “es evidente”, porque “a estas alturas ya no hace falta explicarlo”.
Pero la realidad es otra:
💡 Si no lo dices, es muy probable que la otra persona no lo sepa.
Y no porque no le importes, sino porque no tiene el mismo mapa emocional que tú. Lo que a ti te enciende, a otra persona puede parecerle completamente neutro. Lo que para ti es una falta de respeto, para otra puede ser “una tontería”.
El problema no es solo que no lo digas.
El problema es que muchas veces acumulas.
Y cuando por fin lo dices… no es desde la calma. Es desde el reproche o directamente desde el estallido.
Entonces vienen frases como:
«¿Y ahora me sueltas todo esto?»
«Pues si te molestaba, haberlo dicho antes».
Y claro, te sientes culpable por haberte callado tanto… y también por haberlo soltado todo de golpe.
Expresar lo que te pasa no te hace pesada
Nos han enseñado que decir lo que no nos gusta es molesto, incómodo o conflictivo. Pero no lo es. Lo que desgasta realmente es no decirlo nunca, o decirlo mal, o decirlo demasiado tarde.
No se trata de ir por la vida exigiendo ni señalando todo lo que nos molesta.
Se trata de expresar lo que sentimos antes de que se nos haga bola.
👉 Decir lo que te pasa con claridad no garantiza que el otro reaccione como esperas.
Pero sí te permite estar en paz contigo.
Y eso ya es muchísimo.
3 ideas para empezar a decir lo que te molesta (sin miedo a ser la “intensa”)
1️⃣ Habla de ti, no del otro.
«Yo necesito…» suena muy distinto a «Tú nunca…».
2️⃣ Sé concreta.
No es lo mismo decir «Me siento sola» que «Me gustaría que me preguntaras cómo estoy cuando llegas».
3️⃣ Elige bien el momento.
No hace falta soltarlo todo cuando estás a punto de explotar. Esperar un momento más tranquilo puede ayudarte a expresarlo con más claridad y menos tensión.
El enfado, cuando se sabe expresar, no aleja. Acerca.
Ayuda a conocernos, a poner límites, a construir relaciones más honestas.
Y sí, esto se entrena. Lo trabajo cada día en el proceso GTI (Gestiona Tu Ira), donde acompaño a personas que quieren expresarse sin tragárselo todo… ni soltarlo a gritos.
📩 Si quieres saber más, reserva ahora tu primera sesión gratuita y lo vemos juntas.