¿Por qué te enfadas contigo más de lo que crees?

Jul 20, 2025 | Gestión Emocional

No has discutido con nadie. No has gritado. Ni has soltado una indirecta.
Pero llevas un buen rato en bucle.
Algo no ha salido como esperabas.
Y no estás enfadada con nadie.
Estás enfadada contigo.

Sí, contigo misma.

Porque no lo has hecho como querías.
Porque otra vez has dicho que sí cuando querías decir que no.
Porque has pasado por alto lo que necesitabas por no incomodar.
O simplemente… porque te exiges lo de siempre: hacerlo perfecto, llegar a todo y estar bien sin que se te note nada.

Y claro… como no llegas (porque eres humana, no Wonder Woman), viene el auto-reproche.

Frases como:
— «Ya estás otra vez igual».
— «¿Cómo no te diste cuenta antes?»
— «Esto te pasa por blanda / por confiada / por no pensar mejor las cosas».
— «Tendrías que haberlo hecho mejor».

Este tipo de enfado no siempre explota, pero se queda dentro.
Y ahí hace más ruido del que parece.

El enfado contigo: silencioso, pero agotador
Es fácil detectar cuando algo te molesta del otro.
Pero cuando el enfado va dirigido a ti misma, a veces ni lo reconoces.
Solo notas que estás más cansada, más irritable… o más desconectada de ti.

Porque no solo te desgasta.
También debilita tu autoestima.
Te hace desconfiar de ti, dudar más de la cuenta y juzgarte por sentir lo que sientes.

Y lo peor: te acostumbras.
A no darte tregua.
A tratarte con exigencia.
A no tener contigo ni la mitad del cuidado que sí tienes con los demás.

¿Y cómo se sale de ahí?
Con latigazos mentales, no.
Ya has probado eso. Y no funciona.
El primer paso es escuchar ese enfado sin juicio.
Reconocer que hay algo que dolió, que no salió como esperabas…
y que eso también merece comprensión.

Esa voz interna que te exige más y más puede ir cambiando.
Puede empezar a decir cosas como:

«Vale, esto no ha salido como querías. ¿Qué necesitas ahora?»

La relación que tienes contigo también se entrena.
Y cuanto mejor te tratas, menos necesitas castigarte cada vez que algo no sale perfecto.

Si esto te pasa más de lo que te gustaría…
Y ya no sabes cómo hablarte mejor,
puedes reservar una sesión gratuita conmigo para trabajar justo esto:
reconocer lo que sientes, darte el espacio que necesitas y empezar a tratarte con más claridad y cuidado.

Te mereces tu propia escucha.
No para exigirte más.
Sino para empezar a estar contigo de otra forma.

¡Bienvenida!

Descubre una nueva forma de relacionarte con el mundo.

PROGRAMA

Gestiona tu ira