Todos hemos pasado por ese momento en el que el enfado nos gana y reaccionamos de una manera que, después, no nos enorgullece. Ya sea porque alzaste la voz, dijiste algo fuera de lugar o simplemente no te expresaste de la mejor manera, es importante recordar que no necesitas quedarte con ese sabor amargo.
Gestionar tus emociones no significa hacerlo perfecto siempre. Significa aprender, reflexionar y darte otra oportunidad.
Retomar la conversación
Si sientes que esa conversación no terminó como debería, recuerda que puedes volver a ella desde un lugar más calmado y constructivo. Acercarte para decir: «Me gustaría hablar de nuevo sobre lo que pasó, creo que esta vez puedo explicarme mejor» es un acto de madurez emocional.
Si decides retomar la conversación, asegúrate de que sea en un momento adecuado para ambos. Hablar desde la calma permite que el otro también se sienta más abierto a escucharte y, juntos, puedan llegar a una solución o entendimiento.
Entrena tu mente, incluso en retrospectiva
¿Y si ya no puedes tener esa conversación? ¿Y si la situación quedó en el pasado o no hay manera de retomarla? En estos casos, no subestimes el poder de imaginar cómo habría sido esa interacción desde un estado de calma.
Cierra los ojos y visualiza cómo habrías gestionado ese momento si hubieras estado más serena:
- ¿Qué palabras habrías usado?
- ¿Qué tono habrías empleado?
- ¿Cómo habrías transmitido tu mensaje de manera más asertiva?
Aunque esto no cambie lo ocurrido, tu mente no distingue entre lo real y lo imaginado. Al practicar este ejercicio, estarás entrenándote para responder mejor en el futuro. Poco a poco, estarás creando un repertorio emocional más amplio y adaptativo, preparándote para gestionar el próximo desafío de una manera más consciente.
Aprender, siempre aprender
El enfado no es el fin de la historia, es solo una parte del proceso. Si un momento no salió como esperabas, permítete verlo como una oportunidad para aprender en lugar de un error.
Gestionar las emociones no es un camino lineal, es un entrenamiento constante. Y cada paso, cada intento, incluso los que no salen tan bien, son oportunidades para crecer y hacerlo mejor la próxima vez.
«Las oportunidades se multiplican a medida que se aprovechan». Sun Tzu.
Si sientes que necesitas ir más allá y te gustaría profundizar en cómo gestionar tus emociones, especialmente el enfado, estoy aquí para acompañarte.
Además, en mi libro ‘Y si me enfado, ¿qué? Cómo autorregular las emociones, gestionar la ira y volverla a tu favor’ encontrarás más claves para entender el enfado y gestionarlo mejor.