Hay días en los que parece que nuestras emociones se han levantado con el pie izquierdo. De repente, estás de mal humor, te sientes desbordada o simplemente no encuentras la energía para hacer nada. Y claro, ahí estás tú, pensando: «¿Pero cómo salgo de este bucle?».
Espera, que te cuento.
Cambiar tu estado emocional no es tan complicado como parece. Lo primero que tienes que saber es que no necesitas tener todo resuelto para sentirte mejor. A veces, basta con dar pequeños pasos para mover esa energía atascada y, sin darte cuenta, cambias el rumbo de tu día.
Aquí van algunas ideas que, además de funcionar, son muy fáciles de poner en práctica:
1. Distráete un poco
A veces, darle un respiro a tu mente es todo lo que necesitas. Ver una serie que te haga reír, leer algo ligero o incluso dedicarte a una actividad que te guste (aunque sea reorganizar tus cajones) puede ser suficiente para que tu emoción se suavice. Porque cuando estás enfocada en algo que disfrutas, no hay espacio para pensamientos agobiantes.
2. Interrumpe el bucle
Cuando entras en una espiral de emociones negativas, es como si tu mente tuviera un botón de repetición infinito. La clave está en interrumpir ese bucle. Algo tan simple como salir a dar un paseo, llamar a una amiga o incluso cambiar de tarea puede cortar de raíz esa película dramática que te estás montando.
3. ¡Muévete!
El movimiento es mágico para las emociones. Da igual si bailas en el salón, haces unas sentadillas improvisadas o sales a correr (aunque sea para coger el autobús). Mover el cuerpo no solo libera endorfinas, sino que también le dice a tu mente que estás activa y que puedes con lo que venga.
4. Ponle banda sonora a tu día
¿Quién no tiene una canción que le cambia el ánimo en dos segundos? La música es como una llave directa a tus emociones. Ten a mano una playlist que te motive, que te calme o que te haga sonreír. Pruébalo, y ya me dirás si no funciona.
¿Y la técnica más efectiva?
5. Habla contigo misma (y hazlo con autoridad)
Sí, lo has leído bien. Hablar contigo misma en voz alta, con un tono firme y autoritario, puede cambiar tu estado emocional más rápido de lo que imaginas. Parece una tontería, pero no lo es. Es como si fueras tu propia entrenadora personal, dándote ese empujoncito que necesitas.
Por ejemplo, si te sientes atrapada en un bucle de pensamientos negativos, prueba con algo como: «¡Basta! Esto no me sirve, voy a enfocarme en otra cosa». O si necesitas motivarte, dile a tu reflejo en el espejo: «Vamos, tú puedes con esto. Ya lo has hecho antes, y lo harás de nuevo». Es como pulsar un botón de reinicio mental.
¿Por qué funciona?
Porque cuando usas un tono autoritario, tu cerebro presta atención. Es como si por un momento asumieras el mando de tu propia tripulación interna y les dijeras: «¡Gente! Toca cambiar de rumbo». Es directo, eficaz y te pone en acción.
Esta técnica es la favorita de las personas con las que trabajo. Es simple, accesible y muy poderosa. ¿Te animas a probarla?
¿No sabes por dónde empezar?
Yo te ayudo a cambiar tu enfoque y te doy herramientas para que uses tus pensamientos como aliados, no como barreras. Porque cuando tus pensamientos te empujan en lugar de frenarte, todo cambia… y tú también.
¿A qué estás esperando?
No te lo pienses más y reserva tu primera sesión gratuita conmigo.